jueves, 7 de noviembre de 2019

Curso "Invirtiendo la clase"



     Al comenzar el curso logré comprender algunas de las críticas expuestas en el capítulo IV de MOOC, debate abierto, y esbocé, además, ciertas otras que me surgieron a partir de la lectura de los demás textos abordados en clase.
     En primer lugar, al ingresar al link del curso noté dos cuestiones. Por un lado, la comunicación visual del sitio me resultó monótona, lo que produjo que, sin haber siquiera comenzado a ahondar en los contenidos, mi mirada hacia el curso se caracterizara por una falta de motivación. Automáticamente lo asocié con un contenido aburrido y pesado. A pesar de que la redacción de los textos, su forma, los blancos, la coherencia de tipografías y colores, etc. estaban correctamente aplicados, considero que le falta una mirada estética que capte la atención de los participantes. A medida que avancé en el curso pude notar que esta situación se da en toda su extensión.


     Como bien expresan Cristian Ladaga y Paula Calvente en La comunicación visual: recurso para la producción de materiales didácticos digitales,
“No hay que confundir unificación de criterio con monotonía o repetición, que llevan al aburrimiento y a la pérdida de atención. Es importante evidenciar que hay una preparación y una preocupación por el armado del material, tanto desde los contenidos como desde el diseño.”
     Por otro lado, me pareció que la ubicación del listado de módulos no era la correcta. Me costó divisarlos a primera vista, por lo que considero que la jerarquización en este caso no está correctamente aplicada.
     Una vez que comencé con el primer módulo pude notar a qué se referían aquellos que en MOOC, debate abierto criticaban la falta de una tutoría o acompañamiento. Estamos tan acostumbrados a tomar clases con una pedagogía y una dinámica tradicional que cuando nos enfrentamos a modelos de enseñanza que rompen con estos esquemas nos sentimos perdidos. Esta situación me generó la sensación de que algo me iba a hacer falta a lo largo del curso para poder comprender todos los conceptos y aplicarlos correctamente.
     En la misma línea de lo mencionado anteriormente, comprendí también aquellas críticas que hacían referencia a la baja dificultad del aprendizaje y a los métodos de evaluación. Al basarse en la teoría del conectivismo, la cual expone que el conocimiento personal se crea a partir de una red, los métodos de evaluación y corrección de las actividades se dan entre pares. Es decir que los participantes del curso realizan las actividades propuestas en el mismo, y luego deben publicarlas en el foro donde convergen todos los participantes y comentan sobre las actividades propias y del resto.
     Esto permite claramente un fortalecimiento del trabajo en equipo, la sociabilización y la interacción, además de darle un rol mucho más importante al “alumno” en comparación al que tiene en un esquema de educación tradicional. Sin embargo, es cierto que podría ser de gran utilidad una supervisión docente de la calificación entre pares, o la posibilidad de organizar grupos más pequeños para un mejor desempeño de estas prácticas. Incluso podría combinarse de alguna manera con herramientas que permitan individualizar a los participantes del curso para sacarle un mayor provecho al proceso evaluativo.
     Considero importante destacar la crítica esbozada por Karina Ferrando, docente e investigadora en UTN-FRA, quien participó de un MOOC como estudiante y en MOOC, debate abierto expresó que
“En el caso de cursos que no tienen requisitos de admisión, hay personas sin ningún tipo de educación formal que evalúan a otros que, además de tener grado o posgrado, poseen experiencia en docencia e investigación. Y eso no lo veo compatible. Habría que ofrecer algún tipo de feedback desde el profesor y mejorar el sistema de evaluación.”
     Al finalizar el primer módulo existe una evaluación en forma de test que consiste en una serie de preguntas que se responden con sí o con no, y es necesario tener un 60% de respuestas correctas para poder avanzar al siguiente. La evaluación es automática, es decir que una vez que enviamos nuestras respuestas el sistema nos muestra cuáles fueron correctas, cuáles no y por qué. La dificultad del test es muy baja, por lo que sería casi imposible que alguien no pudiera completar ese 60% de aprobación requerido. Considero, además, que podría realizarse esto como requisito para todos los módulos.
   
Martina Dumrauf
Martina Dumrauf

Estudiante de la Tecnicatura en Comunicación Digital en la Universidad Nacional de La Plata. Blog realizado para la materia Diseño de Materiales Digitales Educativos.

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